Hace un par de fines de semana estuve de participante y espectador de una jornada online en servicios caninos. Me llamó mucho la atención la forma en que se presentaban algunos educadores caninos, por momentos parecía estuvieran leyendo de algún lado las mismas premisas para no equivocarse.
Lo hemos escuchado cientos de veces, es como darle play a un mensaje pregrabado, muchos educadores se presentan con el mismo mensaje, el cual repiten de forma automática, en ocasiones sin siquiera entender lo que están repitiendo. Pareciera que, para recibir el título de educador canino hubiera una ceremonia donde deben recitar un credo de memoria y, si fallas en alguna línea, te obligan a releerlo y memorizarlo antes de volver a la ceremonia.
Estos educadores salen a trabajar con el credo bajo el brazo y, cual religioso acérrimo, al encontrarse con alguien que les consulta sobre sus creencias o se encuentran con alguien que piense diferente o incluso cuando tienen tiempo que llenar tiempo en un Live de Instagram, presionan el botón de play y empiezan a recitar las mismas ideas aprendidas en la ceremonia.
Vamos a detenernos a revisar algunas de las premisas del credo.
"Yo trabajo con Refuerzo Positivo". Y ante esto me pregunto: ¿Quién no?. Hoy día, ¿Qué porcentaje de educadores caninos no usa el Refuerzo Positivo como parte de la estrategia fundamental para el aprendizaje en perros?. Deben existir aquellos que no lo usen, pero la gruesa mayoría de educadores lo usa como pilar en la educación. Estoy seguro que si les invitamos a mostrarnos evidencia que soporte la noción implícita en su planteamiento no serán capaces de traer a referencia más de cinco educadores, quizás los mismos cinco que todos conocemos, a pesar de haber cientos de educadores que podríamos encontrar en redes sociales. Por lo tanto, hoy día decir que se trabaja con Refuerzo Positivo es como un dentista que nos diga que trabaja con extractor de saliva o que un médico nos indique que trabaja con cotona/bata/delantal blanco.
"Yo tengo una práctica basada en la ciencia". Las ciencias del aprendizaje y del comportamiento son establecidas por las ideas Watson (1913), Pavlov (1917), Thorndike (1931), Guthrie (1935), Skinner (1938), Köhler (1912), Woodworth (1958), Bandura (1963), Aktinson (1968), Piaget (1952) y Ausubel (1978), entre otros. Autores que todo educador canino debe conocer y poder citar con precisión, ya que es el núcleo de nuestro trabajo. En ocasiones al hablar de ciencias hacen mención a los estudios científicos que pueden blandir para posicionar una idea o punto de vista. Sin embargo, sabemos que esto debe tomarse con un grano de sal, ya que muchos estudios en educación canina son arreglos cuasi-experimentales con diseños metodológicos en ocasiones cuestionables, instrumentos no del todo válidos para lo que se quiere medir y correlaciones espúreas que interpretan como relaciones causales, a pesar de que los mismos autores de los estudios indiquen que no se realice una interpretación causal. Recordemos el Grievance Studies Affair del 2017 - 2018. Un grupo de autores enviaron artículos falsos a revistas académicas, generaron estudios culturales, sobre la raza, el género, la gordura y la sexualidad para determinar si pasaban la revisión por pares y eran aceptados para su publicación. Buscaban determinar que las revistas científicas estaban publicando sin hacer una verdadera revisión de los artículos. Efectivamente se publicaron varios de estos artículos en revistas importantes de investigación científica, lo que le permitió a los autores comprobar y denunciar que se hacen publicaciones desde posiciones ideológicas de los directores de las revistas y no desde una verdadera revisión de la metodología de la investigación. Demostrando así que cientos de revistas "científicas" peer-reviewed seleccionan los artículos, no por su construcción científica, sino por su posición ideológica. Uno de ellos dentro del mundo canino: "Helen Wilson (pseudonym) (2018). "Human Reactions to Rape Culture and Queer Performativity at Urban Dog Parks in Portland, Oregon". Gender, Place & Culture: 1–20. doi:10.1080/0966369X.2018.1475346". Conviene asimismo recordar la experiencia de Will Atherton de Fenrir Canine Leaders quien fue rechazado al intentar realizar un diseño experimental que pudiera dar luces de las herramientas aversivas a través de un estudio con grupo control y la rigurosidad metodológica requerida. Las autoridades le impedían realizarlo alegando motivos éticos pero impidiendo, de hecho, el desarrollo de una investigación con la rigurosidad científica que permita de una vez por todas concluir sobre estos temas tan controversiales. Al parecer, sostener el debate es más conveniente (y quizás rentable) para la academia que llegar a una verdad más sólida.
"Me preocupa el bienestar animal". Me gustaría pudieran señalar a algún educador canino que no le importe, considere o tenga en mente el bienestar animal. Me cuesta pensar que algún profesional diga algo como "¡No, no me importa el bienestar del perro!". Todos los que estamos en educación canina, velamos por el bienestar del perro y de sus tutores. Si encontramos ambigüedades en la definición de bienestar animal, los esfuerzos no deberían ir a atacar a quien tenga una concepción diferente a la nuestra, sino a juntar al gremio, adiestradores tradicionales, balanceados, en positivo, cognitivo-emocional y otros más, y consensuar una definición conceptual y operativa. No nos podemos basar únicamente en la definición incompleta de Brambell del 65, sin siquiera conocer el aporte de Ohl y Staay.
"No podemos tomar atajos o el camino fácil en educación canina". La experticia para manejar herramientas como un prong collar o un e-collar es elevada y la curva de aprendizaje tiene una pendiente alta. Michael Ellis tiene un curso de casi 4 horas de video únicamente sobre el remote collar. Ed Frawley, por su lado, tiene un curso de 102 videos que llegan a un poco más de 5 horas sobre el uso del e-collar. Está lejos de ser la ruta rápida o fácil para resolver problemas. Pensar que es un atajo, es la falacia del hombre de paja, se transforma el argumento para poder atacarlo con facilidad. Invito a ver videos formativos de Michael Ellis, Tyler Muto, Blake Rodríguez, Ivan Balabanov, Bart Bellon y Evan Doggett, por mencionar unos pocos, y pudieran evaluar con detalle si lo que ellos plantean es rápido o fácil y aprovechen para señalar donde es que ven el maltrato animal.
"El uso de estímulos aversivo daña el vínculo". Nuevamente, a través de la falacia del espantapájaros se construye un débil contrincante de paja el cual es fácil atacar. Los educadores caninos balanceados contemplan el vínculo como uno de los pilares de educación, se construye, profundiza y consolida el vínculo mucho antes de el uso de estímulos aversivos. "Llegan a ponerle un collar de pinchos al perro apenas lo ven" he escuchado, no obstante, bien es cierto que habrá uno que otra que haga eso, pero no es ni cerca de la mayoría. Para agregar otros nombres, vean el trabajo de Robert Cabral, Brian Agnew, Joel Silverman, Sara Brueske, Natalie Dobkins y Matt Hubble y les desafío a señalar donde y cómo se está deteriorando el vínculo. Bien es cierto que un estímulo aversivo accionado con la intensidad incorrecta en el momento inadecuado generará daños, no solo en el vínculo, sino en muchas áreas. Es por eso, precisamente, que no es la ruta fácil ni rápida, requiere de una formación exhaustiva por parte de quien los usa. Así como un criterio complejo para la selección de la herramienta.
"El uso de estímulos aversivos es dañino y doloroso e inhibe el aprendizaje". Dependerá exclusivamente de la intensidad y naturaleza del estímulo. Es un error de generalización pensar que en una tasa de 1:1 todo estímulo aversivo hará daño tisular/emocional e inhibirá el aprendizaje. Un estímulo aversivo se define como: "un estímulo que tiene la propiedad de ser desagradable para quien lo recibe". Por lo tanto, la esfera subjetiva es muy importante, para un perro puede ser aversivo que le rocíen agua en la cara y para otro puede ser algo divertido y agradable. Esta diferencia es algo que los educadores balanceados tienen presente el tiempo, con algunos perros se usarán aplausos o un firme "no" como estímulo aversivo, para otros perros será la retirada del premio, y en otro porcentaje (mucho más bajo) de perros será el uso de un e-collar o un prong collar. Hay que considerar que estas herramientas se usan en la intensidad mínima necesaria, contrario a lo que piensan los miopes del adiestramiento, no se fríe / ahorca / perfora / golpea / patea / grita al perro. Vean todo el material existente de los 12 educadores que he mencionado y busquen donde se está friendo a un perro con un e-collar o donde se está ahorcando a un perro.
"El uso de estímulos aversivos genera estrés en el perro". Si, aunque dependerá de la intensidad y naturaleza del estímulo. Basados en la Ley Yerkes-Dodson los educadores balanceados procuran desarrollar el arousal o estrés óptimo que permita el aprendizaje en perros. Sin embargo, al usar la intensidad mínima necesaria para producir motivación y cambios de conducta los educadores balanceados se mantienen alejados de zonas de estrés que puedan inhibir al perro o generar un arousal negativo.
"El uso de estímulos aversivos inhibe el comportamiento pero no cambia la emoción". Esto es cierto, uno (de decenas) de los criterios del uso de ciertas herramientas contempla la modificación de la conducta. Sin embargo, es infrecuente que un educador balanceado se conforme sólo la modificación de conducta, lo más probable es que se trabaje paralelamente la emoción que gatilla el comportamiento problema. No obstante, un cambio en el comportamiento per se podría producir un cambio en la emoción. Para entender está lógica tendríamos que entrar en detalle a explicar tres teorías de las emociones principales: James-Lange, Cannon-Bard, Schachter-Singer, sin embargo dado su extensión lo dejaremos para más adelante. El educador balanceado buscará la forma de trabajar siempre por debajo el umbral de activación de un comportamiento y, por el otro lado, si el comportamiento queda inhibido por alguna razón esto permitirá una ventana que permita realizar una nueva asociación más positiva y por tanto, cambiar la emoción asociada al estímulo gatillante. Circula por las redes una imagen de un iceberg en donde se señala que la atención de los problemas de conducta se ubican en la punta del iceberg y la "base" del iceberg que, es la única que pareciera importar, radican las emociones. Se señala como una mejor aproximación empezar por allí. Sin embargo, para seguir con la metáfora del iceberg, lamentablemente para muchos esta punta del iceberg es la que hace que se hundan barcos, que se eutanasien, abandonen o regresen a refugios perros. Por lo tanto, la atención sobre el comportamiento es igual, y en ocasiones más imperante, que la atención sobre las emociones y cogniciones de fondo.
"Si ya hay mejores maneras que consiguen los mismos resultados no tiene sentido usar aversivos" No hay evidencia de que sea "mejor" o "peor" en términos de educación canina, bien es cierto que privilegiando el modelo LIMA (Least Intrusive, Minimally Aversive) se optará como recurso primario el uso de reforzadores positivos, pero es un eslabón apenas, de una realidad más compleja que puede llegar a la necesidad de usar otros tipos de estímulos. Negarse a esta continuidad es negar uno de los principios fundamentales de los organismos: el principio del placer, en donde, un organismo se mueve hacia la satisfacción de necesidades y la obtención del placer y se mueve en oposición al displacer.
En palabras finales y para propiciar una reflexión. Supongamos que estoy francamente errado y bien es cierto lo que dicen: "El uso de estímulos aversivos inhibe el aprendizaje, deteriora el vínculo y menoscaba el bienestar físico y emocional del perro".
Esto significa que hay cientos de educadores caninos que se encuentran actualmente inhibiendo a perros, deteriorando vínculos y maltratando animales. Y sin embargo, les siguen llegando clientes, siguen apareciendo reportes de clientes satisfechos, con videos de perros en donde no se aprecian señales de estrés a pesar de estar usando un prong collar, con testimonios de tutores cuyos perros que pudieron haber sido eutanasiados pero que ahora se encuentran rehabilitados de regreso con sus familias. ¿Por qué ocurre esto?.
Supongamos que estoy francamente errado y el prong collar produce lesiones físicas y emocionales y considerando que la fábrica más grande del mundo de estos collares, Sprenger, vende decenas de miles de collares al año. ¿Cómo al buscar en internet imágenes de lesiones con prong collar, apenas encontramos unas 12 imágenes? ¿Dónde están las imágenes de perros lesionados en un mundo en donde, por ejemplo, sólo en Chile para el 2018, el Instituto Nacional de Estadísticas estimo 27 millones de celulares activos en el país?. ¿Un poco menos de 27 millones de cámaras fotográficas en la calle y tan solo 12 fotos de lesiones?
Si se plantea que el daño no es visible, es interno, porque se dañan estructuras como la tráquea o esófago, para llegar a este diagnóstico es probable que un veterinario haga alguna imagen, rayos equis o ecosonografía. ¿Dónde están los reportes o estudios al respecto?. Nuevamente, en nuestro mundo rodeado de cámaras, ¿dónde están las imágenes?
Si finalmente planteamos que el daño es invisible, porque merma la capacidad de aprendizaje y se deteriora el vínculo, ¿Qué hace que un educador que inhibe perros y deteriora vínculos siga teniendo reportes de clientes satisfechos? ¿Es que acaso los clientes son miopes y no pueden ver que después del curso con el educador su vínculo se deterioró?.
Podría seguirme planteando muchas más preguntas. Pero quisiera poder escucharlos a ustedes, escríbanme al whatsapp o al correo y conversemos.
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