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Una golondrina no hace verano.


Este refrán popular nos advierte que de la observación de un hecho no se puede deducir como una norma o regla general.


Las golondrinas son aves que migran para establecerse en lugares con climas favorables, en la época de invierno recorren en bandada muchos kilómetros para situarse en zonas que posean climas cálidos y con disponibilidad de alimentos y hábitat. También, ponen sus huevos y dan a luz sus crías.


Considerando lo anterior, la llegada de una sola golondrina (o dos o tres) a una zona, no es sinónimo de la llegada del verano, ya que una se pudo haber adelantado, perdido, mal ubicado, etc. Esto se traslada a la vida cotidiana en donde un indicio observado no puede ser construido como una norma o regla general. Como siempre, la educación canina no esta exenta de este fenómeno.


Es común encontrarse con diferentes posiciones ideológicas en las esferas de la educación canina. Y rápidamente es posible encontrar algún ingenuo que intenta usar su experiencia anecdótica para sustentar o contradecir la opinión emita por el educador. Podríamos construir dos ejemplos bastante frecuentes:


El educador plantea: los collares de pinchos producen lesiones de la tráquea.


El ingenuo argumentador responde: yo tengo un perro que tiene 5 años con su collar de pinchos y no tiene problemas médicos.


Y desde otro ángulo,


El educador canino plantea: los collares de pinchos son seguros y humanos.


El ingenuo argumentador responde: yo tuve un perro con collar de pinchos y le dañó el cuello y la tiroides.


En ambos casos, el argumento de quien responde al educador es pobre y no aporta mucha evidencia.


¿Cómo se combate esta pobre argumentación?


Con datos, con estudios estadísticos que arrojen datos de una población general. Salvando los sesgos de las muestras intencionales y no aleatorizadas. Veamos ejemplos, porque es fácil confundirse:


Estudio válido:

Se censó a 500.000 perros que han usado el collar de pinchos entre 1 y 2 años de forma diaria y un 85% de ellos presentaron daños en la zona del cuello y órganos internos determinados a través de la observación clínica y estudios para-clínicos.

Este estudio es válido porque:

  1. La muestra de estudio es grande.

  2. Hay control del tiempo de uso del collar.

  3. Los hallazgos son validados por pruebas clínicas y para-clínicas.

Hay que tener mucho cuidado con la data de muestras intencionales. Ya que seguimos estando dentro del error de la golondrina. Con esto me refiero a,


Estudio no válido:

Visité un centro de rehabilitación física canina y encontré que el 100% de los 500 perros tienen algún problema físico que amerita atención.


Este tipo de observación es meramente descriptiva y no permite hacer inferencias sobre el resto de la población. Los perros que se encuentran en un centro de rehabilitación lo están porque tienen problemas físicos, pero esto no da cuenta de cómo es en la población de todos los demás perros. Otros ejemplos:


- En mi consulta como especialista en quemaduras veo muchos perros quemados por agua caliente (conclusión no válida: hay mucha gente maltratando perros con agua hirviendo).


- Como educador canino y trabajando focalmente con perros agresivos, encontré que muchos perros agresivos han mordido a otros perros (conclusión no válida: los perros tienden a morder a otros perros).


En estos casos la muestra de perros se auto-selecciona en función de la especialidad del profesional. Sin embargo, esto no da cuenta de cómo se comporta lo observado en el resto de la población.


Cuando escuchemos los argumentos de la golondrina conviene señalarlos y estar muy atentos nosotros para no caer en el mismo error.



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